jueves, 20 de marzo de 2008

Team song: Whisper-Evanescence.
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Hace dos minutos...

Las sirenas no paraban su incesante melodía. La atmósfera tenia sabor a terror. Los pasos dejaban un sonido de dolor. Las gotas de lluvia trataban de borrar el horror que se había cometido en vano. Nada haría que se olvidara este día.

La policía investigaba en vano que había ocurrido en aquel lugar. Nadie lo sabia.
Parecía ser alguien experimentado, porque no había ninguna prueba de que alguien mas haya estado hay. Nadie excepto ella.

Hay, en el cemento frió y húmedo, yacía el cuerpo de una joven de unos 28 años. Su rostro estaba desfigurado y su blanca piel contrataba con el rojo de su sangre.
Apresar de su aspecto, se podía ver que era una bella muchacha con todo un futuro por delante.
Un futuro que termino hace solo unas pocas horas.

Hace dos horas...

La noche caía lentamente por la calles de la ciudad. La incertidumbre llenaba el lugar. Los perros ladraban enloquecidos, como si supieran lo que le aguardaba a la hermosa joven.
Ella misma podía sentirlo. Algo se aproximaba, y no era bueno.
Decidiendo llegar mas rápido a su casa, tomo un atajo por una ancho callejón. Grave error.

La joven podía sentir que algo la seguía, y como cualquier persona en esta situación, miro hacia atrás. No había nada, pero al avanzar se resbalo el piso duro y frió.
Calló al suelo y quedo boca abajo. Sintió a una persona hablar. Y juntando su valor, decidió mirar hacia atrás.
Hay, parada detrás de ella, estaba otra muchacha de joven edad. Por un momento pensó que la niña la iba a ayudar. Hasta que vio el cuchillo en su mano. Largo y afilado, pidiendo atravesar fresca piel.
La joven no pudo contener el grito de dolor que sintió cuando la niña frente a ella le corto la mejilla izquierda. Luego esta misma le perforo el ojo y la otra mejilla.
El dolor era insoportable. y agotando sus ultimas reservas de energía, abogo por piedad.

- No me hagas esto. Yo no te he hecho nada -Suplico la joven mientras la sangre escurría por su rostro. -O al menos ¡Matame! pero quitame este dolor.

La niña no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas ante la atroz escena que ella misma había causado. Bajo la mano e intento soltar el cuchillo. pero no podía.

- Hazlo - Susurró el viento al oído de la niña.

Y derramando sus lágrimas, la apuñalo en el corazón, mientras las jotas de lluvia comenzaban a caer.


Hace cinco horas...

- Parece que va a llover -Susurro la muchacha a nadie en particular. Pero aun así recibió respuesta.

- Claro que va a llover, es un día importante. Debe llover -Respondía una fría voz masculina.

- No te hablaba a ti -Dijo molesta la joven de cabellos negros. - Cuando quiera tu opinión te la pediré.

- No me hables así. Me puedo molestar y después quien sabe -Amenazo el hombre.

- ¡Quieres dejarme tranquila por un minuto! -Grito Amber.

La gente a su alrededor la miro sorprendida y asustada, sin saber con quien hablaba la joven de 17 años.
Al darse cuenta de que había gritado, Amber cerró la boca y corrió hasta un callejón.

- Muchas gracias. Ahora todos van a pensar que estoy loca -Suspiro molesta la adolecente.

- Y tendrían razón -Dijo riendo la moleta voz que la joven venia escuchando por mas de una década.

Decidiendo ignorar ese ultimo comentario, Amber saco del bolso que traía en su hombro izquierdo, un afilado puñal. Lo miro de cerca con una mezcla de sentimientos entre admiracion y miedo, alegría y dolor. Ese puñal seria el que acabaría con su miseria de una vez por todas.

- Nosé si pueda hacerlo -Dijo Amber sumiendose en una gran tristeza.

- Tienes que hacerlo, ya lo hemos repasado mil veces -Ordeno la voz.

- ¿Y si no quiero? -Pregunto desafiaste.

- Si no lo haces, me quedare junto a ti hasta el fin de tu vida, y probablemente en el mas allá -contesto el hombre.

Este ultimo comentario la lleno de valor. Después de todo, estaba dispuesta a hacerlo todo con tal de deshacerse de él.

Hace dos semanas...

Amber estaba cansada de su vida. De como las cosas seguían un rumbo, y que parecía que nunca iba a terminar.
No había momento en el día en que Amber no deseara que toda su miseria terminara.
Algunos dirían que ella era una afortunada, pero ella sentía que estaba maldecida. Maldecida de por vida. Maldecida por ese maldito bastardo hijo de...

- Amber, ¿Qué cosas terribles piensas de mi? -Dijo la voz en un tono burlón.

- Nada -Respondió con una voz monótona, sin emociones.

- Por un momento me dio la impresión de que te querías deshacer de mi -Dijo él.

- Creeme que lo daría todo porque fuera así -Dijo ella.

- Pues te voy a dar la oportunidad de que ocurra -Dijo él con una sonrisa.

Amber no lo podía creer. Lo que siempre sonó por años se podría cumplir. La pregunta era: "¿A que precio?"

- ¿Y que quieres a cambio? -pregunto ella.

- Veo que me conoces bien. Y tienes razón, necesito que me pruebes que ya no me necesitas mas.

- Nunca te he necesitado -Dijo ella - Pero puedes decirme que quieres.

- Bueno, por mucho tiempo he tratado de que seas como yo. Que continúes con el legado que deje en mis días de vivo, y ahora es momento que me lo pruebes.

- Si mal no recuerdo, tenias un pasado muy oscuro -Dijo ella.

- Así es. Por eso quieres es que busques una víctima, y la mates.


Hace un año...

El día estaba radiante. El cielo estaba despejado y las aves cantaban una dulce consonancia.
Parecía un día perfecto. Pero también era un día nostálgico para una joven de 16 años.

- Apurate -Grito una mujer, de unos cuarenta años, a la niña que contemplaba el cielo.

- Enseguida mamá -Respondió alegre con su dulce voz.

Las dos caminaron hasta una tumba enterrada en el suelo. Se podía leer en ella el nombre de la persona a la que pertenecía y también la fecha de defunción: hace 10 años.

- Parece que hubiese sido ayer cuando tu padre estaba con nosotras -Sollozo la mujer. - Gracias a Dios sigues aquí junto a mi.

- Jamás olvidare ese día -Dijo una voz fúnebre.

- Como si yo pudiera -Respondió automaticamente la muchacha mientras observaba la tumba de su padre.

- ¿Como si tu pudieras que? -Pregunto la madre.

- Nada. Estaba pensando en voz alta -Proclamo en su defensa.

- ¿Te tomaste las pastillas? -Pregunto alterada.

- Es que no alcance. Además creo que no las necesito.

- Claro que no las necesitas -Dijo él -Estoy seguro de que no tienes esquizofrenia.

- ¿Que te dijo? -Pregunto la madre -¡Respondeme!

- Nada. ¡Nada! -Respondió angustiada.

- ¿Porque le mientes a tu madre? Cuentale lo que te dije. Dile de nuestra conexion especial.
Que tu eres como yo dile.

-¡Callate! ¿Que no te das cuentas que haces las cosas peores? ¡Sal de mi cabeza! Dejame vivir, te lo suplico -Solloso Amber mientras caía de rodillas.

- Hija, detente. Nadie te dijo nada. Es solo una voz en tu cabeza. No la escuches -Decía la madre mientras tomaba a su hija por los hombros y le sacudía la cabeza -Debiste tomar la pastilla -Susurro.

- Ella es mala. Quiere convencerte de que yo no existo. Y de que estas loca. Empujala. Corre. Empujala. Corre -Ordenaba la voz en un especie de mantra.

Amber no podía mas con el dolor. Era demaciado. Debía huir. Debía escapar.
Empujo a su madre al pasto y corrió por el cementerio. Nunca mirando atrás.
Callo de rodillas luego de parar y comenzo a llorar amargamente.

- Padre -murmullo.

Hace 10 años...

El día era horrible. Pero la felicidad de su corazón no la dejaba darse cuenta.
Hoy volvería a su casa, luego de unas vacaciones con su papá.

- Oh no, se puso a llover -Dijo el padre mientas miraba por la ventana.

- Me encanta la lluvia -Dijo alegre la niña de apenas 6 años.

- Pero hay que tener cuidado. El piso de la carretera se pone resbaloso.

- ¿Cuanto falta? -Pregunto la niña por enésima vez.

- Falta poco -Respondió con una tierna sonrisa. - Ya llegaremos a casa para descansar con tu mamá.

- La hecho de menos -dijo la pequeña mientras miraba por la ventana como caía la lluvia.

De la nada, frente al auto familiar, apareció un auto oscuro a todo velocidad, en el sentido contrario.
Amber alcanzo a dar un grito asustado justo antes que el auto los chocara y enviara ambos autos por un barranco.
El mundo se desvaneció para Amber. Después de unos largos minutos, pudo ver con un poco mas de claridad. Frente a ella, estaba una silueta humana, oscura. Probablemente de un hombre.
Este estiro su mano para ayudarla. Y ella, ante la confusión, la acepto.
Luego volvió a perder el conocimiento mientras escuchaba las sirenas de ambulancia acercándose al lugar de los hechos.

Nadie sabe con certeza cuanto tiempo paso. Amber abrió lentamente los ojos, y analizo sus alrededores. Parecía un hospital.
Lentamente, los recuerdos del accidente llenaron su memoria. Los gritos, las luces, la silueta que la ayudo.

- ¡Hija! -Exclamo la joven mujer, aproximandose a la niña.

- Mamá -Respondió débil.

- Shh, no digas nada. Mamá esta aquí -Dijo la mujer entre lágrimas.

- ¿Donde esta? -Pregunto la muchacha, refiriéndose al hombre que la ayudo.

- Esta en un mundo mejor -Respondió la madre, tratando en vano de no llorar.

Amber, pensando que su madre hablaba de su supuesto héroe se entristeció. Tal vez era un ángel que bajo del cielo a ayudarla. Pero era todo lo contrario.

- ¿Porque me dejaste? -Dijo la niña mirando al cielo esperando respuesta. Y, con mucha sorpresa, la recibió.

- Nunca te voy a dejar, pequeña -Dijo la voz -Nunca.

_::The end::_




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Son las 00:08, y toy muerta de sueño. Esta historia nacio de un poco de ocio, entra otros. Queria una historia para escribir y al escuchar Whisper, se me vino esto a la cabeza.
No revise la historia de nuevo como suelo hacerlo porque mis parpados no resisten, asi que solo puedo confiar en que lo hice bien a la primera.
Ojala les halla gustado. Se que estado en el genero Suspenso/Thriller en mis ultimas dos historias, asi que la proxima que haga tratare que sea mas diferente.
Dejenme comentarios^^ pliz!

martes, 11 de marzo de 2008

Team Song: Papercut -Linkin Park.

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Estaba en mi computador como acostumbro todas las noches. No habían muchas cosas nuevas que hacer, así que me aburría.

La noche estaba muy calurosa. Parecía que el viento hubiese dejado de existir.
Mi vaso de jugo desaparecía rápidamente, por lo cual detuve lo que hacia, para bajar al primer piso; mas específicamente a la cocina, a llenar mi vaso de néctar.

Mientras bajaba las escaleras, me reprendí mentalmente por no haber prendido las luces temprano en la tarde. Con suerte podía ver los escalones.
Y en ese momento fue que de repente, sentí un extraño ruido. Como un grito sangriento. Se me heló la sangre. Se me detuvo el corazón.
Era un sonido desgarrador. Y venia del patio de mi casa.
Velozmente baje las escaleras e instintivamente mire por la ventana. Mala idea.
Hay, frente a mi, estaba el hombre mas espeluznante que veré en mi vida. Vestido de negro y con un cuchillo ensangrentado; junto a un cuerpo degollado, me miro y sonrió siniestramente.
Pegué un grito asustado y corrí por el living, y luego el comedor, hasta la cocina.
Pero fue muy tarde. Hay estaba él, con su cuchillo en mano, listo para disfrutar otra víctima.
Mi cuerpo no reaccionaba a ningún comando que mi cerebro enviara, y no paraba de temblar.
Retrocedí lentamente, y tome lo primero que encontré. Una lampara.
El poseer este objeto, en un momento tan critico me dio el valor de hacer algo que si lo hubiese pensado dos veces no lo haría.
Me lancé al sujeto misterioso sádico asesino y trate de golpearlo en la cabeza. Lo cual fue un grave error y me costo una puñalada en mi brazo izquierdo.
El pánico se volvió a apoderar de mi, y mientras daba un grito desgarrador corrí hasta las escaleras y trate de subir a mi dormitorio. Pero antes de llegar al segundo piso, el hombre tomo mi pie derecho y me boto de boca al suelo. Me di vuelta desesperadamente y vi como rápidamente bajaba su cuchillo hasta mi cuerpo herido. Di un bramido desde el fondo de mis pulmones... y desperté.

El reloj marcaba las 3 a.m. El sudor en mi cara y cuerpo, y mi cama desordenada me dio a entender que acababa de tener una pesadilla. Una horrible pesadilla.
Me levante de la cama, y decidí ir a la cocina por un vaso de agua. Al parecer había gritado de verdad, como en el sueño, porque tenia la garganta seca y aspera.
Descendí las escaleras y sentí un escalofrío en la espalda. La oscuridad me recordaba el terrible sueño que viví algunos segundos atrás.
La escalera crujió, lo cual me asusto un poco. Del sobresalto levante la mirada y vi por la ventana que hay estaba él, cuchillo en mano, listo para darme mi fin.

:::::The End:::::
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